sábado, 24 de octubre de 2009

Mamá, no cantes


- ¿Qué dices,mamá ?.
- Nada, estoy cantando.

¿Cómo pueden no apreciar mi Bel canto, confundiéndolo con una verborrea más de las mías?. ¡ Que injusto !
No es que yo no me sepa las canciones, es que las versiono. Está de moda, muchos cantantes lo hacen y venden discos como churros. ¿O no?.

¿ Quién no ha oído ultimamente aquel bolero de toda la vida ahora a ritmo de reggaeton ?. Sí, ese que nos enternecía el alma y que ahora si queremos seguirlo tenemos que mover los brazos como si de un señalizador de pista de aeropuerto se tratara: algo así como " si tú, si tú, si tú me dices ven...
O nuestro " yellow submarin, yellow submarin " de toda la vida que ahora un grupo de amigos con voz de barítono versionan en un " yeee loo loo w suuubb maaaa Riiinn ".

El único que aprecia mi canto es el Postman, que suele decirme " si tienes un oído perfecto " , claro que luego añade , " sin agujero ". ¿ Qué querrá decir ?.
Porque, cómo se le puede decir a una madre : " mamá, hoy viene mi amiga Lorena, no cantes por favor ".

Y eso que alguna similitud con la Diva debo tener, cuando si me pongo a cantar ellos gritan:

" María, calla "


Nota: La caricatura de este post pertenece al artista colombiano,
Guaico, si pinchas en la imagen o en este enlace podrás ver su página, la que recomiendo para conocer su trabajo.

martes, 13 de octubre de 2009

Alvaro y la estilográfica

Costumbre, costumbre, costumbre. Ir , asentir, firmar. Toda su vida era costumbre, hasta hoy.
Era el gran día, ese que tanto tiempo había estado planeando.

Antes de salir de casa esta mañana, Rosa, su madre, como siempre arregló el nudo de su corbata, mientras le decía; -" Ve tranquilo, tu padre era un hombre muy previsor y seguro que dejó todo atado para que en su ausencia las cosas siguieran su curso . Nos veremos allí a la hora prevista ".

Durante muchos años Alvaro esperó este momento. Tantos años a la sombra de su padre y de sus hermanos, aceptando sin un solo reproche lo que el primero decidió, le daban razones para llevar a cabo su plan. Su padre le había elegido a él para ser su pasante en la firma familiar y lo hizo sin ni siquiera consultarle, sin preguntar que planes de futuro tenía. Oscar y Damián, sus hermanos, eligieron su camino, al igual que Marina y Angela, y todos aceptaron aquel día en que su padre le había regalado la estilográfica, que ese, era el mejor destino para Alvaro; el benjamín de la familia.

Con el tiempo, por costumbre y cansado de hacerlo siempre después de su padre, había aprendido a imitar su firma con tal precisión, que incluso a ojo de cualquier experto podría pasar por buena. Por eso no dudó ni un momento cambiar la última voluntad de su padre para ser el único beneficiario, dejando a los demás sólo una pequeña renta vitalicia. Todo sería suyo. Se lo había ganado a pulso, en cada firma suya que lo había convertido en segundón. Se sentía bien. Era justo. Acabaría con aquella costumbre que se hizo ley.

Cuando entró en la sala de juntas, se diría que era un hombre nuevo, seguro de si mismo. Con afecto saludo a su madre y hermanos, y repartió los documentos que contenían el testamento paterno. Suponía que al ver aquel, todos reflejarían asombro en sus rostros y levantarían la voz negándose a aceptarlo. Pero ya lo tenía previsto; -" Es la voluntad de papá ", diría con naturalidad.

La sala se llenó de risas y palabras entrecortadas. Su hermano Damián se acercó a él y pasando el brazo por encima de su hombro , sonriendo comentó ; " Ha sido genial, Alvaro, siempre supe que guardabas escondido un gran sentido del humor. Aunque papá jamás lo habría aprobado. Ahora sigamos , tengo sólo dos horas disponibles. Dame un abrazo hermano, te lo mereces ".

No era posible, ¿ cómo pudo pasar ?, lo había planeado todo con exactitud, meticulosamente. La fuerza de la costumbre . Miró su estilográfica. Las dos firmas que rubricaban aquel testamento eran suyas, con su nombre.

miércoles, 7 de octubre de 2009

¿ Breve o no breve ?, esa es la cuestión.



Cosas de mi cabecita loca

Sí, lo he estado pensando, y es que una ya tiene una edad en la que el tiempo vuela, la mente se dispersa y la presbicia galopa cual yegua desbocada. Aunque quizá el problema no sea otro que demasiada curiosidad, esa es otra. Ansias de ver , de leer, de descubrir. Y es que aquí en la red nada tiene final, esto camina y camina, retrocede, se expande, aparece y desaparece y tú sólo quieres devorar.Cuando entras en la red lo haces con el mismo asombro y las ganas de ver con las que un adolescente afronta su primera salida de casa solo. Todo es nuevo y quieres más, y más,pero mucho más ( esto se parece a aquella canción ).
Sí, ya sé que hay textos e historias largas que vale la pena leer, algunas incluso que es preciso leerlas para no perder la oportunidad de crecer con ellas (Dido, reina de Cartago de Isabel Barceló ). Pero es que me agoto. Y además muchas veces hasta me pierdo y entonces tengo que empezar desde el principio ¡ o no !.

Que por otra parte te das cuenta de que funciona, de que esos largos textos son leídos y seguidos por miles de internautas y entonces me asalta la duda y me pregunto cual Judas a Jesús: ¿ Seré yo, Señor, seré yo ?. Pero claro, cualquiera se responde visto lo visto.
Por eso reclamo la brevedad como razón de ser. " BE BREVE MY FRIEND ". Con permiso de Bruce Lee por la adaptación.

Caramba, me estoy extendiendo y no era mi intención.
Además, tengo que terminar el postre, así que vuelvo en un momento, termino esto con brevedad y ya nos leeremos. Si alguien quiere aprovechar para tomar algo este es el momento.
¡Oye mira, se me acaba de ocurrir !, estas pausas podrían ser una solución, como en los cines o en las grandes conferencias; " Señores, un receso les dejo con un poco de música y continuamos ". Hasta ahora.

Bien, pues como iba diciendo, esto es un sinvivir. Es como la llama de la pasión pero entrando por los ojos para encenderte la mente. Buscar, leer, empaparte de todo lo que encuentras, como una esponja absorbiendo la humedad. Pero de pronto te das cuenta que estas tan empapada que tienes que escurrirte un poco para poder continuar. Y es ahí donde empiezas de nuevo.Lo dicho, un sinvivir.

Es que no puede ser, por poner un ejemplo, ahora mismo estoy enganchadísima a El sello de Salomón de Prometeo ( buena e interesante, no se la pierdan ). Además ya lo he dicho muchas veces, soy impaciente por naturaleza, hasta el punto que en algunas ocasiones he llegado a leer primero el final( por favor Prometeo envíame un mail con el final, no diré nada ) y después seguir con el libro que en ese momento me arrebate. Y lo mejor es que después puedo leer la obra disfrutándola. Cabecita loca.

Desde hace mucho( a razón de empezar a dejar a medias grandes relatos) cuando leo, me leo dos libros a la vez; una obra larga y una de historias cortas, así dependiendo de mi capacidad de atención y tiempo en ese momento elijo una u otra. Una suele ser densa y otra ágil. Y lo que ocurre aquí en la red es que llegas a un espacio y lees el post de ese día con entusiasmo; información, relato, investigación, humor, verdades, recuerdos, dudas, charadas, poesía, mentiras, hay de todo. Los breves los disfrutas y te vas, los largos los disfrutas y ;
- Si acaban, perfecto.
- Si al final tienen un continuará, te empieza a temblar el ratón buscando el camino a favoritos ( necesito una agenda bloguera de temas pendientes ) y tienes que almacenarlo en el compartimento del volver. Como cuando pones post-it en la nevera.

La primera vez que entré en un chat, allá por el año...ni me acuerdo( mi memoria de pez), alguien me comentó una idea que en aquel momento me pareció descabellada y que hoy va cogiendo fuerza y sobre todo le encuentro sentido. Yo siempre me he fiado mucho de mi memoria, pero ultimamente creo que ella empieza a no fiarse de mi.

Entré en un chat ( totalmente inexperta) y casi sin quererlo me encontré compartiendo una amena conversación escrita, con un hombre que confesó; tener sesenta años , ser médico y conversador nato. Luego nos despedimos hasta otra ocasión. Su nick era Predicador, ( mi memoria de elefanta).

La ocasión se dio unas semanas más tarde. Vi su nick y le salude. Él hizo lo mismo y me dijo : -Espera un momento, para al rato continuar, - ya, es que te estaba buscando. A lo que yo pregunté, ¿ en dónde ?. -En mis notas, anoto todo aquello que me es de interés para saber y recordar con quién hablo , así esto no es un sinsentido de diálogos pasajeros .

Una memoria animal : Nos viene como monos repitiendo lo aprendido, la desarrollamos como elefantes para recordar y la perdemos como peces, olvidando .

Sin intención de extenderme, seguimos.

Una vez leí en algún sitio que uno de los éxitos de tu espacio personal era; " Postea, postea ". Pero si es que no me da ni tiempo con tanta cosa buena que hay por ahí por conocer. En los blogs tendría que haber un marcador como el de la clasificación de contenidos, por ejemplo en un encabezado algo así:
- Blog breve
- Blog medio breve
- Blog más que breve
- Blog nada breve
- Blog la brevedad no existe
Y así según tengas el día puedes quedarte o salir huyendo . ¿ Qué os parece ?

He aquí, KI , mi breve preferido. Breve y denso. Y además regala besos.
Por eso este post tan largo no pretende ser otra cosa que una loa a la brevedad. Un despropósito.

Pero ni caso me hagáis, es que hoy me duele la cabeza.
Un abrazo para breves y extensos.

YoSusan, La Breve.

Nota: si alguién no lo ha leído todo, lo puedo repetir.
;)

lunes, 5 de octubre de 2009

Miriam y los zapatos


Estuvo inquieta toda la mañana, ayer su amiga Paula le había propuesto que la acompañara a la ceremonia religiosa en la que se casaría su hermano. Asistir a cualquier acto era excitante para ella; una oportunidad más de lucir unos zapatos nuevos.
Por supuesto que su vestido era importante, pero ya había decidido cual se pondría, el problema eran los zapatos, le obsesionaba que estos fueran los más bonitos y llamativos de la reunión.

Mientras rebuscaba en sus zapateras y abría una caja tras otra intentando decidirse , ya rondaba por su cabeza la posibilidad de salir a por unos nuevos.
- Claro que en esta situación me veo por culpa de Paula, - hablaba en voz alta - a quién se le ocurre avisarme con tan poco tiempo. No es una tontería elegir bien unos zapatos , ella ya tendría que saberlo aunque no les de importancia.
No lo pensó más, dedicó unos minutos a buscar unos zapatos para el momento y salió a la calle.

Aquella zapatería era una de sus preferidas, pensaba que aunque a veces comprarlos allí estaba por encima de sus posibilidades , lucirlos valía la pena. - Una tiene que darse algún capricho de vez en cuando, ya reduciré gastos por otro lado, era la excusa que siempre se daba.
No le costó decidirse, eran los más bonitos , y los más caros. Unos preciosos zapatos de tacón alto , trenzas de fina piel cruzando su empeine para recogerse en el tobillo. Negros . Perfectos para su traje, y además podría elegir entre dos de sus bolsos para acompañarlos.

- Vamos Miriam, o llegaremos tarde. Deja ya de mirarlos. Son preciosos.
- Mira que si no llego a encontrarlos, tú y tu manía de decirme las cosas a última hora.
- Si alguna vez escribo una novela, la titularé : Miriam y sus zapatos.
- Eso, ríete, los nervios que me has hecho pasar, mala amiga.

Paula era musulmana y aunque llevaban unos años de amistad, esta nunca le invitó antes a compartir sus creencias y costumbres. Por eso cuando al llegar a la puerta de la mezquita ella le comentó ; - ¿ Por qué todo el mundo oculta sus zapatos bajo esas ropas tan largas ? . Con una sonrisa en los labios su amiga le había contestado; - Aquí cada cosa tiene su valor, y no los necesitamos para orar. Descálzate es hora de entrar.

Todo sucedió tan rápido y ahora ella se encontraba allí, descalza, pensando en sus zapatos y en las palabras de Paula. Sentía ganas de gritar.

domingo, 4 de octubre de 2009

Hasta siempre, Mercedes.

Cambia...
todo cambia...

Te seguiremos escuchando.

viernes, 2 de octubre de 2009

Moisés y el despertador


Lo apagó. Momentáneamente, pues aún sonaría una vez más.
Estaba harto de aquel despertador, día tras día le hacía salir de sus sueños para volver a la realidad. Desde hacía tiempo él ya era capaz de oír aquel sonido desde el suave arranque hasta el agudo y penetrante pitido final.
En los últimos tiempos, alguna vez llegó a pensar que había un tono burlón en aquella forma de sonar.
Como hacía siempre, se giró sobre si mismo hacía el otro lado de la habitación en un intento de recuperar el sueño perdido.
No pudo. Se levantó y apretando el botón pensó; hoy ganas tú, pero mañana...

Estaba decidido, al salir de la oficina entraría en aquel bazar y compraría un nuevo despertador, ni un solo día más aquel conocido sonido interrumpiría su sueño.
Después de haberse duchado tomó un pequeño desayuno y se dirigió al garaje en busca de su coche. Como cada día al entrar en él, bajó la ventanilla y miró la hora en el reloj digital del cuadro. Marcaba las 06:50h , iba bien, en diez minutos estaría frente a la puerta del trabajo y aún tendría tiempo de tomar el último café antes de fichar.
Le pareció que el día tenía una calma distinta, ¿ es posible qué aquel reloj adelantara ?, y por eso la calle se encontraba inusualmente vacía. Miró su reloj de pulsera, la misma hora.

Aparcó, extrañándose de la facilidad con la que había encontrado un lugar libre y se bajó.
Todo parecía distinto. Incluso la cafetería tenía sus puertas cerradas. Que extraño, pensó.
Alvaro , el kioskero al que cada día compraba el periódico le saludo con la mano. Se dirigió hacía él.
- Buenos días , Alvaro . Parece que hoy la gente no piensa despertar.
- Ya se sabe, los domingos no suenan los despertadores. ¿ Y cómo tú por aquí?
- Un asunto de familia - disimuló- mientras ojeaba la portada de un periódico local.

Era domingo.
Aquel viejo despertador le había ganado la batalla, aún se burlaría de él un día más.
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