lunes, 5 de octubre de 2009

Miriam y los zapatos


Estuvo inquieta toda la mañana, ayer su amiga Paula le había propuesto que la acompañara a la ceremonia religiosa en la que se casaría su hermano. Asistir a cualquier acto era excitante para ella; una oportunidad más de lucir unos zapatos nuevos.
Por supuesto que su vestido era importante, pero ya había decidido cual se pondría, el problema eran los zapatos, le obsesionaba que estos fueran los más bonitos y llamativos de la reunión.

Mientras rebuscaba en sus zapateras y abría una caja tras otra intentando decidirse , ya rondaba por su cabeza la posibilidad de salir a por unos nuevos.
- Claro que en esta situación me veo por culpa de Paula, - hablaba en voz alta - a quién se le ocurre avisarme con tan poco tiempo. No es una tontería elegir bien unos zapatos , ella ya tendría que saberlo aunque no les de importancia.
No lo pensó más, dedicó unos minutos a buscar unos zapatos para el momento y salió a la calle.

Aquella zapatería era una de sus preferidas, pensaba que aunque a veces comprarlos allí estaba por encima de sus posibilidades , lucirlos valía la pena. - Una tiene que darse algún capricho de vez en cuando, ya reduciré gastos por otro lado, era la excusa que siempre se daba.
No le costó decidirse, eran los más bonitos , y los más caros. Unos preciosos zapatos de tacón alto , trenzas de fina piel cruzando su empeine para recogerse en el tobillo. Negros . Perfectos para su traje, y además podría elegir entre dos de sus bolsos para acompañarlos.

- Vamos Miriam, o llegaremos tarde. Deja ya de mirarlos. Son preciosos.
- Mira que si no llego a encontrarlos, tú y tu manía de decirme las cosas a última hora.
- Si alguna vez escribo una novela, la titularé : Miriam y sus zapatos.
- Eso, ríete, los nervios que me has hecho pasar, mala amiga.

Paula era musulmana y aunque llevaban unos años de amistad, esta nunca le invitó antes a compartir sus creencias y costumbres. Por eso cuando al llegar a la puerta de la mezquita ella le comentó ; - ¿ Por qué todo el mundo oculta sus zapatos bajo esas ropas tan largas ? . Con una sonrisa en los labios su amiga le había contestado; - Aquí cada cosa tiene su valor, y no los necesitamos para orar. Descálzate es hora de entrar.

Todo sucedió tan rápido y ahora ella se encontraba allí, descalza, pensando en sus zapatos y en las palabras de Paula. Sentía ganas de gritar.

9 comentarios:

  1. YoSusan, bravo por el relato, ameno y bien descrito...el final muy conseguido...
    Besitos y gracias por tu lectura.

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  2. Muy bueno, y muy merecido el final, te imaginas que alguien se las cambiara por error po una babuchas? XDDD

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  3. Gracias, Kim. Eso es porque sé mucho de zapatos, jeje.

    Jajaja, Deprisa, -¡ que horror ! pensaría.
    Fíjate que mi hija cuando lo leyó le hizo mucha gracia y dijo, " Si soy yo y me pierden los zapatos, desmonto la mezquita ". Jajaja

    Un abrazo para ambos

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  4. A mi me "desmoralizan" los zapatos!!!, jajaja.
    Después de este excelente relato, viviré más descalza, sintiendo la humedad de la madre tierra bajo mis pies, desnudos de toda frivolidad.
    Escribes muy bien, mujer!!!! Un gusto leerte!!

    un abrazo

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  5. Cirita, me gusta eso de " desnudos de toda frivolidad ".
    Me alegra verte por aquí.
    Un Abrazo.

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  6. ¡Hola Yosusan!

    Cosa quizás de la incomunicación…
    Un escrito agradable a la lectura,

    Cada cosa tiene su valor, ¡verdad…!
    Pero ¿Quién le da su valor…?
    ¿*…?

    Saludos de J.M. Ojeda

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  7. Me encantan los zapatos.Tengo ...alguno de más.
    :)
    Pero, desde luego, los entiendo como simples accesorios y protectores del pie.

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  8. Toda una leccion... Menos mal que, al salir de la mezquita, se los tendra que volver a poner. (Disculpa que escriba tan raro, me fallan los acentos).
    Gracias por tus palabras siempre tan cariñosas. Hace mucho tiempo escribi un breve poema sobre Omar Kahayam (creo que no coincidimos en la grafia). Lo buscare en mi ordenador y te lo mandare. Besos.

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  9. Yo también tengo algunos de más,Tesa. Creo que nos pasa a muchos.

    Hola,Isabel. Eres muy amable.
    Es cierto no coincidimos, yo lo he leído traducido por autores distintos y algunos de ellos no coinciden en la grafia, debe ser eso.
    Gracias por ese poema, me encantará leerlo.

    Un abrazo

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