"...ni estamos en la Italia medieval..."
Soy un desastre,siempre me acuerdo tarde de nuestro aniversario de boda, me salva, que él no se acuerda nunca y así vamos escapando.
Pues sí, hace unas horas tal día como ese hace veinte años y para darle curso legal a otros tantos, llegué tarde a la ceremonia civil en la que nos casábamos. Y ya para siempre se me quedó esa costumbre de llegar tarde. Y a él la de esperar, sólo que ahora ya no se impacienta, sino que enciende el televisor o lee el periódico mientras yo me preparo para salir.
Fue un día muy divertido desde que amaneció y aún me acuerdo de mi hermano con aquellas gafas Ray-ban que parecía que habíamos invitado al sobrino de Vito Corleone o de aquel baile que más que un vals parecía la danza del mareo o nuestra primera disputa matrimonial, sí sí, la primera. Ese día jugaba su último partido de liga el Tenerife y uno de nuestros mejores amigos era jugador en el equipo, así que todos habían planeado después del festejo ir al estadio, incluso el novio lo había planeado, pero claro, sin contar con la novia, o sea conmigo.
Ya sé que se preguntarán;¿ cómo se puede hacer planes con los amigos el día de la boda ?,pues se puede, si el novio es él, se puede. ¿ Y saben cómo se pueden desbaratar los planes con los amigos el día de la boda ?, se puede, si la novia soy yo, se puede.
Y así entre planes y " des planes " ayer hizo veinte años.
"... no, nosotros no tenemos que enfrentarnos, con nadie que se oponga a nuestro amor... pues.. la vida es diferente en nuestros días y hoy brilla un sol radiante de esplendor..."
Felicidades, pues. Y no eres la única tardona, no. La que está a mi lado es igual. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias. Y no es que alguna de nosotras quiera ser tardona, nos viene de serie como el airbag. Un saludo
ResponderEliminarLo más normal del mundo es que la novia llegue tarde, lo que ya no es tan frecuente es lo que ocurrió en mi boda, que quien llegó tarde, muy muy tarde, fue el cura. Habíamos decidido casarnos en una iglesia muy sencilla pero un amigo de la que entonces era mi novia era cura y pedimos al titular de la iglesia que lo dejase casarnos. Sin problemas, a las 6 menos cinco el novio ( yo) en la iglesia, allí estaban ya amigos, familiares y el cura de aquella iglesia, a las 6 y 5 llega la novia, a y cuarto todos esperando al cura amigo que debía casarnos, a y veinte más de lo mismo... a las 6 y media tengo que pedirle al párroco de la iglesia que, por favor, nos case. Menos mal que el hombre era un encanto. El otro llegó cuando estábamos firmando la sentencia, digo los papeles, ayudaba a un grupo de chavales con problemas y había estado con uno que andaba metido en la droga. De eso hace ya casi 24 años.
ResponderEliminarAguantar más de media hora en la iglesia esperando por el cura sin que le entre a uno el tembleque del arrepentimiento y salga corriendo por si es una señal,¡ eso es amor!. Por eso siempre es bueno tener un cura o un juez de repuesto.
ResponderEliminarSusan, tras tatos años, uno no sabe si felicitar o compadecerse. Es broma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Raúl y eso que no he sumado los años ilegales que entonces si que es para compadecerse (nunca le enseño los comentarios a la parte contratante, sobre todo por si se le ocurre opinar a él también).Lo mejor de todos estos años,los caimanes que tengo por hijos y las risas compartidas, que han sido, son y espero que sean muchas.
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