Muchos ya saben que soy muy de asociar ideas. Uno de estos días pasados visitando el blog de Tesa, Estoy de paso, (el cual recomiendo visitar) al ver la cabecera del mismo, un escalofrío recorrió mis tacones.
En la misma, se muestra una calle adoquinada y la pisada firme de unos tacones finos y altos. Una imagen preciosa, claro está, si no fuera porque esos adoquines son una trampa mortal y esos ingenuos tacones caminan confiados.
Cada vez que hago click en su enlace para visitar el blog, involuntariamente cierro los ojos y me digo ¡ que no los hayan mordido, que no !.
Por eso, desde la primera vez que la visité trajo a mi memoria algo que escribí hace algún tiempo y que en su momento publiqué en Tiscalianos, el foro literario en el que comencé a escribir en la red.
Adaptando el título de la genial obra de teatro de Agatha Christie: La Ratonera, dediqué este escrito a mis sufridos tacones. Va por ellos.
De lo cotidiano...Tacón-cross en mi ciudad.
¡ Nena !. Gritó mi madre.
¿ Quién te muerde los tacones ?.
¡ Las calles mamá ! ¡ Las calles !
Ayer,...cuando me volví para recuperar mi undécimo tacón
mordido, creo que me pareció oír como gruñía la loseta...
Grrrrr Grrrrr
Dudé, pero me atreví y fui a por él.
¡ Madre mía !, casi no me lo devuelve.
¡ Son verdaderas trampas de tacones !
Las nuevas losetas están cambiando mi vida.
Esta mañana al abrir la zapatera me pareció oír...
¡ Qué escoja a otros ! ¡ qué escoja a otros !,...y esta tarde
el zapatero me regaló una rosa.
No sé...bien mirado el zapatero no está mal, y le necesito a
mi lado.
Tendré que pensar como comunicarlo en casa.
PD: Cansada de destinar una parte del presupuesto familiar a tacones y no lejanos.
Esta entrada me encanta, será porque soy una fanática de los zapatos. Creo que es enfermedad, ja,ja. La pena es que no puedo ponerme tacones de aguja (orden del traumatólogo) como antes.
ResponderEliminarPero aún así suelo saltarme de vez en cuando la recomendación del galeno y me los compro y tienes razón; los baldosines se comen los tacones, qué pena.
Un beso
Los baldosines, y también el piso del auto, pero lo peor es que si no sabes como caminar se te dobla el pie de una forma brutal, dos meses inmovilizada por una fractura del quinto metatarsio, y no popr culpa de los tacones sino de baldosines auh todavía duele pero no dejare de ponerme mis zapatos de aguja son fantásticos
ResponderEliminarun beso cariñosos
Se me va la olla, por unos buenos zapatos.
ResponderEliminar...Y los tobillos, también se me van, entre adoquín y adoquín.
Entiendo perfectamente tu temor a los mordiscos ...ays, esa gula pecadora del asfalto.
Besos y gracias
¿Qué es eso? Yo no conozco los tacones, nunca los he usado
ResponderEliminarMe encantan esos tacones tan altos y tan finos, aunque últimamente desistí de utilizarlos, los esguinces me persiguen..., y los años también.
ResponderEliminarEscalofriante, pero bonita, la foto del blog de Tesa, cualquier rendija puede atrapar esos tacones.
Besos.