¿ Le dolerá hoy la cabeza a Benedicto XVI ?. Para mis adentros deseo que si, porque no se puede ser la cabeza visible y guía de una Iglesia de la que muchos esperan y volver la cara a la realidad.
Como madre de tres hijos que ya en nada están despertando a la sexualidad, con todo lo que ello conlleva y mirando hacia ese rico continente africano que entre otras causas, adolece y muere de SIDA, una no puede menos y después de conocer las palabras de Benedicto XVI, con las que echa -o pretende echar- por tierra , la labor de tantas personas implicadas en la lucha contra esta enfermedad, que desear por un momento ser la reina de Corazones del País de las Maravillas y gritar: ¡ Qué le corten la cabeza !
Pero el País de las Maravillas no existe, y por eso tendremos que seguir sufriendo que cabezas como estas hablen sin pensar. Y es que en esas alturas da la impresión de que no hay uno al que puedas decir: ¡ Dios te guarde !
Sólo nos queda desear que esas palabras dichas se las lleve el viento y que la Ciencia logre una cura eficaz.
A la memoria de mi hermano.
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